Muéstrame un hombre o una mujer solo y te mostraré un santo. Que sean dos y se enamorarán. Que sean tres e inventarán una deliciosa institución llamada "sociedad". Que sean cuatro y construirán una pirámide. Que sean cinco y convertirán a uno en un paria. Que sean seis y reinventarán el prejuicio. Que sean siete y en otros tantos años reinventarán la guerra. Es posible que el hombre haya sido hecho a imagen de Dios, pero la sociedad humana fue hecha a imagen de Su antagonista y siempre trata de volver a las andadas.»