Esta táctica de atajar los conflictos rápidamente, sin preámbulos, la aprendí en el orfanato. Mi hermana Ana siempre decía que todo lo que pasara de cinco minutos era darle ventaja a los mayores, que transcurrido ese tiempo era mejor empezar por el final. Si das mucha coba, las personas confunden la cortesía o el querer evitar la confrontación con el miedo, y esto acelera una posible agresión. Si, por el contrario, desde el primer momento te sitúas en una actitud retadora, se evitan las peleas.