El primer defensor del informalismo en España fue Juan Eduardo Cirlot. Sus relaciones con los pintores de este grupo se convirtieron en testimonios de combate en favor de la nueva tendencia, publicados en revistas, periódicos y catálogos de galería muchos de ellos hoy inencontrables.Los textos de esta antología profundizan en la obra de artistas como Antoni Tàpies, Antonio Saura, Modest Cuixart, Manolo Millares, Luis Feito o Rafael Canogar entre los españoles, y de Rothko, Fautrier, Fontana o Manzoni entre los internacionales. Pero lo que caracterizó la obra de Juan Eduardo Cirlot frente a los demás críticos del momento fue su intento de explicar el sentido general del informalismo tratando de esclarecer las ideas generales que unían a artistas que, en principio, parecían muy alejados los unos de los otros.Estos escritos son los de un poeta que se dedica a la crítica de arte. Las obras que lo ocupan empatizan con su poética. Muchos de estos textos son verdaderos poemas en prosa que van desentrañando no solamente lo que vemos cuando contemplamos un cuadro, sino ;y mucho más importante; aquellas otras realidades ocultas que cuando miramos no se ven. Para ello Cirlot utiliza los recursos que le ofrecen la poesía, pero también la música, el simbolismo, la filosofía, la historia de las religiones o la historia del arte.