La estrategia de combate al crimen organizado que puso en marcha el presidente Felipe Calderón desde el principio de su gobierno es un parteaguas en la historia reciente de la seguridad nacional. La participación activa de las fuerzas armadas en labores de procuración de justicia, y lo que significó en términos de violencia, diplomacia y creación de políticas públicas, tuvo consecuencias ineludibles que se viven aún hoy.
partir de 34 entrevistas con los principales actores que diseñaron, implementaron, evaluaron y recalibraron esta estrategia, los investigadores Guadalupe Correa-Cabrera y Tony Payan analizan las premisas sobre las que se construyó la llamada “guerra contra las drogas”, sus contrapuntos y sus alcances de largo aliento. Basado en la premisa de que la política mexicana es especialmente vulnerable a los estilos personales de los políticos y a la improvisación, este libro explica cómo se vivieron las tomas de decisión sobre la política de seguridad, la situación del ejército y la marina antes y después del sexenio calderonista, el papel que tuvo Estados Unidos en las decisiones tomadas y la dificultad del gobierno para corregir el rumbo cuando las acciones no dieron los resultados esperados. El libro termina con un análisis perspectivo sobre lo que las secuelas de esa guerra improvisada representan para el México de hoy y de los años por venir.
«Una obra que explica lo que sucedía en la sala de mandos del gobierno de Felipe Calderón, en la embajada de Estados Unidos, en los cuarteles y en las instituciones académicas. Calderón desplegó una guerra improvisada y seguimos pagando los resultados». Sergio Aguayo