Este libro se alza no sólo en contra de la historiografía oficial-aquella que, con su elenco de héroes, villanos, prejuicios ideológicos y coartadas legitimadoras dominó y continúa dominando el horizonte cultural de México-, sino también contra esas historias monolíticas que, en su afán de construir una visión unitaria y homogénea de la realidad, han terminado por ignorar la riqueza de una nación múltiple y diversa. En contraste, Carlos Martínez Assad reivindica en los textos que forman este libro la llamada “historia regional”, es decir, aquella que estudia el devenir político, social y cultural de espacios geográficos determinados (un pueblo, un estado, un conjunto de estados, una zona económica). Dicho enfoque no pretende excluír o invalidad la perspectiva global — de la historia; su objetivo es, por el contrario, ahondar y enriquecer esa perspectiva a partir de un conocimiento más profundo de las particularidades regionales.