"El Barça ha perdido por uno a tres y las calles se han llenado de caras largas, depresión, frustración y rabia azulgrana.
(...)
Hace horas ya que el coche patrulla número 304 ha salido de la comisaría de Sarrià-Sant Gervasi y recorre las calles de la zona noble de la ciudad."
Sencillo, facilito y resultón, bien escrito, acción trepidante de por medio y una Wendy que despues de que aprendió a volar, desplegó sus alas y se reveló a su uniforme para ser algo más que la segundona de la policía.
Una pelea en una discoteca se salda con una muerte por herida de arma blanca, Wendy Aguilar y su compañero Roger acuden al lugar del crimen, en medio del bullicio, Wendy intenta aclarar su mente, representa al orden, pero también, se convirtió en testigo involuntario de los acontecimientos, lo que escuchó, vio y presintió será fundamental para resolver el caso, y ya tiene una pista.
Las novelas policiacas son sumamente densas, justo por eso, son entretenidas, este libro, pese a su sencillez, es efectivo, no es el hilo negro de la novela policiaca, pero si es ese unicornio sensato, entretenido y sencillo que te permitirá aligerar la transición de un libro a otro, sin dejar el misterio de lado. Mención especial y honorífica a Mon, ya me había sorprendido y fascinado en el primer volumen de las aventuras de Wendy, hoy, me declaro fan irredento y absoluto de ella ¿No le parece señora? «Bah, rutina»