Iria, Xián, Lois, Roi, Uxía, Sabela o Marian son usuarias, ex usuarias y/o supervivientes de la psiquiatría. Rebeldes todas ellas, con sus historias de vida nos revelan su particular realidad de la locura desde un saber encarnado que, hecho de experiencia, sitúa algunas claves para tratar de comprender el sufrimiento psíquico y pensar formas de acompañamiento socioeducativo. El género, la pobreza, la orientación sexual, el trato recibido en los circuitos de la red de atención en salud mental o las estrategias de resistencia frente a un modelo médico hegemónico que excluye las voces de las personas afectadas, son aspectos sin los cuales resulta impensable una tarea educativa que se proponga enfrentar cualquier forma de malestar. Su responsabilidad ética y política consiste, precisamente, en facilitar las condiciones de posibilidad para que los contenidos culturales que atraviesan las biografías personales y guardan sus protagonistas, se conviertan en posibles herramientas para el cambio.