El secuestro de una novicia no era más que un pecado entre muchos otros… Lucian Barret sabía que el desear a la futura esposa de su hermano era una ofensa imperdonable. ¿Entonces por qué sentía que la pasión que Melissande había despertado en él era algo puro… y correcto? Sólo unas semanas antes de convertirse en monja, Melissande Deverell se encontraba en los brazos de Lucian Barret, su amigo de la infancia. Por mucho que él se la describiese como idílica, la perspectiva de casarse con el hermano de Lucian para salvarse no la hacía sentirse mejor. Porque Lucian había despertado en ella el deseo de cosas prohibidas…