Platón introduce el tema del mal y reflexiona sobre la manera en que un líder puede transformarse en un tirano. Así como el hombre que prueba carne humana está condenado a convertirse en lobo, según Platón
lo mismo ocurre con el dirigente popular. La masa dócil hará cualquier cosa que él diga, y la tentación de derramar la sangre del hermano será demasiado fuerte, al acusarlo injustamente en la corte; lo asesina, destruyendo una vida humana y alcanzando un gusto impuro por la sangre de sus prójimos. Siguen exilios, ejecuciones, amenazas de abolir deudas y de dividir tierras, hasta que su instigador queda, inevitable y fatalmente, destinado a ser destruido por sus enemigos o a volverse un lobo y convertirse en tirano.