Historia mínima de los feminismos en América Latina

No se nace feminista, de la misma manera que no viene embutido en la especie el orden patriarcal

de Debate Feminista, creada por Marta Lamas y sostenida durante más de 25 años (en la actualidad, la publicación está bajo la órbita del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM), que es toda una historia excepcional

Durante los años noventa, los feminismos se extendieron decididamente en el ámbito universitario

En los años ochenta se acentuaron las denuncias contra la violencia, se extendió la crítica al heterosexismo normativo y se reclamó la inclusión política

En 1974 hubo modificaciones importantes en la ley civil mexicana, lo que se ha interpretado como una contribución al Año Internacional de la Mujer (1975), dispuesto por Naciones Unidas, y cuya reunión central tendría lugar en la ciudad de México

Alaíde Foppa, Margarita García Flores, Elena Poniatowska, Elena Urrutia, Lourdes Arizpe, Esperanza Brito de Martí y Marta Lamas integraron fem.

escena mexicana se pobló de nuevas activistas con un cambio notable de programa: se denunciaron las formas de sometimiento patriarcal, se eliminó el acatamiento “maternalista” y hubo explícitas manifestaciones acerca de la libertad en materia de anticoncepción y sexualidad. De modo singular, apareció la denuncia de la violencia ejercida contra las mujeres, en particular en el ámbito doméstico, de modo que la agenda tuvo una dramática transformación

México, a pesar de las tensiones señaladas, no había interrumpido en absoluto el Estado de derecho

Cabe la hipótesis de un cierto adelantamiento de las mexicanas en materia de problemas, temas y teoría, por lo menos es así si se compara con la experiencia de los feminismos en el Cono Sur, como se intentará mostrar en esta historia

Eran insoslayables los agudos contrastes sociales, la marginación de las poblaciones indígenas —que representaban una singular magnitud demográfica—, la concentración de la riqueza y la mayor influencia que había ganado Estados Unidos, a pesar de las retóricas de rechazo.