El humor es más que un mero pasatiempo: detrás de todo chiste se esconden agudos apuntes acerca de nuestros hábitos y costumbres. Esto es lo que probó, hace ya algunos años, un judío llamado Sigmund Freud, confirmando la clásica máxima latina Castigat ridendo mores, o sea, la educación moral se logra por medio del humor.
La serie de chistes y cuentos breves que aquí ofrecemos habla de la capacidad autocrítica de un pueblo, pero también de una pasión por mantener viva una práctica oral constitutiva de la cotidianidad familiar. Como huellas de generaciones pasadas, estos pequeños cuadros humorísticos llegan hoy hasta nosotros, gracias a la puntillosa labor de salvaguarda realizada por Abrasha Rotenberg, trovador moderno de la cultura judaica.