La amabilidad genera amabilidad y el trabajo en equipo genera trabajo en equipo. Si alguien en tu vecindario necesita ayuda, ¿por qué no ser la primera en ofrecerte de voluntaria solo por amor a la vida y por lo que Dios ha hecho por ti? Diviértete haciéndolo y hazlo memorable al no pedir remuneración. Solamente sonríe y dile: «No hay problema».