Susan Hill

La mujer de negro

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  • Daniela Navahas quoted7 years ago
    aunque todavía creía que esas enseñanzas eran probablemente la mejor guía para llevar una buena vida, también había comprobado que Dios resultaba muy lejano y que las oraciones sólo eran una práctica formal y obligada.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    Presa de un gran agotamiento y de cierta amargura, comparé mi estado de ese momento con el de la mañana anterior, cuando había dormido tan bien, había despertado renovado y saltado de la cama impaciente por iniciar la jornada. ¿Había pasado sólo un día? Me sentía como si hubiese viajado muy lejos; como si en espíritu, aunque no temporalmente, hubiera experimentado muchas cosas y como si mi interior, hasta entonces plácido y asentado, hubiese sufrido tantas sacudidas que tuve la impresión de que habían transcurrido varios años. Me sentí pesado, con dolor de cabeza, agobiado, cansado y abatido; tanto mis nervios como mi imaginación estaban deshechos.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    y me sentía tan abatido, desgraciado y agotado
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    y me concedí el derecho de relajarme, de caer en ese estado pasivo, tan informe como la niebla exterior, estado en el que descansé, me sumí y busqué, si no la paz, al menos cierto alivio en la interrupción de las emociones extremas.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    me entregué a una reflexión melancólica y a una especie de autocompasión reconcentrada.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    Abrí todas las puertas y cada cuarto estaba ordenado, polvoriento y terriblemente frío y húmedo,
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    Era evidente que durante muchos años la señora Drablow no había utilizado el comedor. Los muebles mostraban el brillo apagado de la sal contenida en el ambiente, los candelabros y el centro de mesa estaban deslustrados, la mantelería se encontraba rígidamente doblada y con capas de amarilleado papel de seda entre una y otra, y tanto la cristalería como la vajilla estaban cubiertas de polvo.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    Por ese día ya tenía suficiente: suficiente soledad y silencio, salvo por el sonido del agua, el viento que gemía y el reclamo melancólico de la aves; suficiente monotonía en gris, suficiente tiempo en esa casa vieja y lóbrega.
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    fuera suficiente, durante muchos años. Yo me habría vuelto loco;
  • Liliana Villasañahas quotedlast year
    Me pareció inconcebible que una anciana hubiese soportado día tras día y noche tras noche de aislamiento en esa casa y, por si no
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