Cuando hablamos de fascismo, no hay ambigüedad acerca del objeto de debate. A la inversa, las nuevas derechas radicales son un fenómeno heterogéneo, muy mezclado. En Europa, no exhiben los mismos rasgos en todas partes: de Francia a Italia, Grecia, Austria, Hungría, Ucrania o Polonia, tienen puntos en común, pero también muchas diferencias.