En este libro, el doctor Hawkins apunta con lucidez hacia la transcendencia de los niveles de conciencia y el nivel más alto de iluminación, sin dejar de recordarnos, con el humor que le caracteriza, que “el ego tritura la negatividad” y saca “jugo” de ella.
Y su consejo central es fácil de entender: “En la práctica, lo que podemos hacer es convertirnos en la mejor persona posible. Podemos llegar a ser amables con la totalidad de la vida en todas sus expresiones, pase lo que pase. Y eso incluye a uno mismo. Se trata de estar dispuesto a perdonarse entendiendo las limitaciones de la conciencia humana”.
Más adelante, nos revela que no somos el producto de nuestro pasado, sino que estamos siendo atraídos por el futuro, porque por un acto de la voluntad ya hemos elegido nuestro destino y lo que ahora vivimos es el despliegue de lo que se requiere para alcanzarlo.