Este es un relato crudo, realista, objetivo y sin ninguna clase de sensacionalismos, de un gamberro que viola a una pequeña niña de seis años, tras lo cual, este delincuente pasa a vivir el resto de su vida en las peligrosas cárceles uruguayas, y termina sus días internado en un hospital psiquiátrico.
El hecho de que el autor de esta novela, Ernesto Thomas González (1968), le haya puesto su propio nombre a este personaje motivó una verdadera histeria tanto entre sus psiquiatras que lo trataban como entre sus familiares. Tanto, que el autor fue medicado psiquiátricamente de una manera tan severa como absurda durante casi un año, y sus psiquiatras pensaron someter al autor a electroshocks.
Este libro causó un hecho inédito en la historia de la literatura: es el primer caso registrado de que un autor fuera medicado psiquiátricamente por el solo hecho de haber escrito una obra literaria.