Que hablen otros del vino, la riqueza y la alegría,
de la portentosa presencia de esos potentados de generosa figura,
¡sea lo mío la suciedad y la basura, el polvo y la cochambre de la tierra!
Que sean suyas la música, el color, la gloria y el oro,
y lo mío un puñado de ceniza y un poco de moho.
Mutilados, detenidos y ciegos bajo la lluvia y el frío:
ellos serán los protagonistas de mis canciones, de ellos hablarán mis relatos.