Me inclino por las sufridas, por las que nacen después de una crisis profunda de todas nuestras ilusiones. Amo las cosas falsas, fingidas, cuando llevan los signos de un conocimiento de primera mano de lo tremendo y, por tanto, la conciencia de que son falsas, que no aguantarán los embates por mucho tiempo. Los seres humanos son animales de gran violencia, y resulta aterradora la pelea que siempre están dispuestos a desencadenar con tal de imponer el propio salvavidas, eterno y redentor, y despedazar el de los otros.