De forma precisa, sin excesos ni carencias, Inés Arredondo teje historias impulsada por un deseo innato de escribir. Sus temas apuntan la inexplicable dualidad de la existencia. La irrealidad y el ensueño abren una brecha divisoria entre la tranquilidad de lo cotidiano y las situaciones llevadas al límite que enfrentan los personajes de manera inesperada. Atmósferas de lo lejano, la playa y el campo son evocadas oníricamente durante un proceso de abstracción ejercida por los personajes en estado meditabundo.