Un escritor, después de presentar su tema, ofrecerá una larga serie de conceptos que explicarán, enriquecerán o comentarán ese tema. Estos conceptos se centrarán en una serie de asuntos que aparecerán repetidamente a lo largo de la disertación. Para mantener la coherencia del texto, un escritor debe permitir que el lector pueda seguir el rastro de esos asuntos, refiriéndose a ellos de un modo coherente o explicando su relación