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sophie jordan

Firelight. Alma de fuego

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  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    —El negocio familiar… —digo.
    Will aprieta los labios, que forman una línea dura.
    —Sí. El negocio de mi familia es cazar a tu familia.
  • b9036028342has quoted3 years ago
    Un día pone en peligro a su tribu rompiendo una de sus leyes más sagradas, y para evitar el castigo se ve obligada a huir con su familia al mundo de los mortales, donde, poco a poco, su draki morirá y ella se convertirá en una humana más.
  • Fernanda Orozcohas quoted3 years ago
    —Bueno, ¿a qué estás esperando? —me pregunta la señora Hennessey.

    A que todo sea más fácil. A que la vida deje de ser tan dura
  • Assen CMhas quoted6 years ago
    No dejaré que un estúpido enamoramiento me impida vivir mi vida
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    sonido se eleva en la noche, por encima del quedo rugido del motor del automóvil. Mi piel se estremece al oír la llamada entrecortada del ave, desesperada e infatigable. Perdida. Codorniz del desierto, así la llamó Will. Buscando una pareja. Una familia. Un hogar.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    Entonces dejo a Cassian y corro hacia Will. Me da igual que Cassian me vea. Deprisa, hablo cerca de los labios de Will en mi lengua.
    —Te quiero.
    Me muero de ganas por besarlo, por pegar mis ardientes labios a los suyos, pero no me atrevo a intentarlo.
    Will se tensa contra mi cuerpo, con el dolor escrito en su rostro desfigurado. Sujeta mi cara entre sus manos y me estrecha.
    —Esto no se ha acabado. Nosotros no hemos terminado, Jacinda. —Sus ojos abrasan, relucen misteriosamente—. Te encontraré. Lo haré. Volveremos a estar juntos.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    Con el corazón en la garganta, veo cómo Cassian y Will desaparecen de la vista; son una mancha difusa que resbala por la cuesta rocosa.
    —¡Will!
    Me arriesgo a correr un poco más, y freno en seco ante un repentino precipicio, por donde Will ha desaparecido. Ha caído de la roca a la expectante oscuridad. Durante una fracción de segundo no se oye ningún sonido, excepto el martilleo de la música a mis espaldas.
    En la lejana cuenca del desierto que hay más abajo, oigo unos escalofriantes golpazos; con cada uno de ellos me encojo, languidezco y muero por dentro. Will ha llegado al fondo.
    Sé que no se trata de Cassian. Cassian no caería.
    Mis dedos se doblan, se cierran, formando unos puños apretados y blancos. Giro en redondo y siento cómo el corazón se me contrae en el pecho. Siento dolor, angustia, tantas cosas que no puedo respirar. Por las mejillas me bajan lágrimas silenciosas.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    —No la toques —le ordena.
    —Cassian, no… —empiezo, pero me detengo con una mueca, apretando los ojos, deseando no haber pronunciado su nombre.
    Ahora Will lo sabe.
    Will se vuelve hacia mí. Un nervio brinca junto a su ojo.
    —¿Cassian? —me pregunta. Yo no respondo. No respiro. No me arriesgo a liberar el vapor que me ha subido a la garganta, el vapor que quiero lanzar de lleno sobre Cassian. Miro a Will sin pestañear. Le advierto con los ojos que se controle—. ¿Este es Cassian?
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    Espera un minuto. ¿Cómo has entrado aquí?
    —He abierto la puerta principal. —Bebe otro sorbo de su taza y me mira como si estuviera metida en un lío—. La verdad es que tu madre debería cerrar con llave al salir.
    Yo arqueo una ceja.
    —¿Eso te habría impedido entrar?
    Sonríe un poco.
    —Me conoces bien…
  • Ivanna Peñaloza Acevedohas quoted7 years ago
    —Will no ha ido a clase últimamente.
    Levanto la vista de mi libro al oír el comentario despreocupado de mi hermana. Tamra está trabajando en el suelo, junto a su cama. Me observa con atención, balanceando el bolígrafo sobre el papel.
    —¿Ah, sí? —pregunto, orgullosa por la tranquilidad de mi voz, por no haber picado el anzuelo—. A lo mejor ha vuelto a marcharse.
    —No. Sus primos están en el instituto.
    Es evidente que Tamra está al tanto de sus expediciones de pesca, aunque ignora cuáles son sus verdaderas presas.
    Yo me encojo de hombros y vuelvo a centrarme en mi libro. Al cabo de un momento, oigo el ruido de su boli sobre el papel y respiro de nuevo… Por suerte, la señora Hennessey no ha mencionado las visitas de Will, y no creo que vaya a hacerlo. De algún modo, hemos formado una alianza.
    —¿Sabes algo de él?
    Por lo visto, Tamra no ha terminado.
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