Agustín Moreto y Cabaña, como otros ingenios de su tiempo, recrea argumentos y situaciones, pero posee la virtud de experimentar con ellos. Lleva al límite los esquemas consagrados. Adopta una forma diferente de enfocar las situaciones habituales en las comedias y consigue que ese desafío agrade al público, como ocurre en Loa entremesada para la compañía del pupilo.