En la era digital, el vacío de un conocimiento firme al instante se colma de rumores, fantasías y conjeturas, algunos de los cuales se retuercen y exageran con celeridad para adaptarse al relato que cada cual prefiera. El miedo a la violencia puede ser una fuerza tan disruptiva como la violencia real, y puede resultar difícil de apaciguar una vez que se ha extendido.