En esta obra la autora refleja la resignación y desesperanza interior de los años previos a su exilio. Aborda el destino de una familia de origen alemán que espera con ansiedad la autorización para abandonar Rumanía. Los personajes, asfixiados por unas fronteras no solamente geográficas, trazadas por los aparatos represivos de la dictadura, reflejan una gran tensión en sus vidas. «He escrito un libro titulado El hombre es un gran faisán en el mundo. Ése es un giro rumano. En rumano es muy frecuente decir “He vuelto a ser un faisán”, que significa: “He vuelto a fracasar”, “No lo he logrado”. O sea, en rumano el faisán es un perdedor, mientras en alemán es un arrogante fanfarrón. Como se sabe, el faisán es un ave incapaz de volar, vive en el suelo. Cuando empiezas a cazar y todavía no sabes hacerlo bien, cazas faisanes. La presa más fácil, puesto que el faisán no puede escapar. Los rumanos han incorporado ese rasgo a su metáfora. ¿Y cuál han tomado los alemanes para la suya? Las plumas, el plumaje, lo cual es muy superficial. La vida del animal no interesa a la metáfora alemana; a los rumanos les interesa la existencia del ave, y eso me fascina.» Herta Müller «Precisamente ahora, 20 años tras la caída del muro de Berlín, es una señal maravillosa que se honre con el Nobel de Literatura a una escritora que ha vivido esta experiencia en carne propia.» Angela Merkel