n este sentido creo que la filosofía le vendría muy bien a la política. La política es inmediatez. Estamos fagocitados por la inmediatez. Yo pongo como ejemplo el fútbol, donde dicen que los malos jugadores de fútbol llevan la cabeza gacha y miran siempre la pelota y el buen jugador no necesita mirar la pelota, sino que mira el campo. El político debería ser como los buenos jugadores, no estar pendiente de la pelota, sino mirar el campo. Una mirada lo más abierta y totalizadora posible.