Jean Mermoz nació en Aisne el 9 de diciembre de 1901 y desapareció en 1936 a bordo del hidroavión Croix-du-Sud a lo largo de las costas de Dakar. Tuvo un destino único: fue el piloto más prestigioso y más querido en una época en la que la aviación aún contaba epopeyas que inspiraban al mundo entero una admiración sin límites. Joseph Kessel, su amigo y biógrafo, dijo de él: «Arcángel glorioso, neurasténico profundo, místico resignado, pagano deslumbrante, enamorado de la vida, inclinado hacia la muerte, niño y sabio, todo esto era cierto en Mermoz, pero resultaría falso aislar cada uno de estos elementos, fundidos en una extraordinaria unidad».