Esta novela, la primera ficción de Gujis, tiene sus bases en cierta realidad, recreada por la inspiración del autor, lo que la hace realmente jugosa. Todos los avisos de gráfica, vía pública, radio y televisión que aparecen, existieron. Y están los nombres de sus creadores en las correspondientes fichas técnicas, que harán las delicias del cholulaje especializado, estudiantes y público en general. Pero la trama es inventada y nos cuenta una historia con drama, con humor, con nostalgia, con reivindicaciones. Es un homenaje a las personas que muchas veces son dejadas de lado por su edad, y que por eso se siente descartable, precisamente cuando sus condiciones han sido enriquecidas por la experiencia. El libro es, por consiguiente, una voz de aliento para aquellos que sufren los sinsabores de una sociedad confundida. Pero sobre todo tiene los ingredientes que lo convierten en una obra encantadora, amena, fácil de leer y como para seguir comentando.