Un joven escritor que lava platos en las mazmorras de un restaurante oriental evoca las voces de sus amigos y de sus numerosas mujeres en un vertiginoso testimonio de lenguas y pieles africanas, orientales, latinas y también francesas. Pocas veces una obra de ficción ha palpado con tanto dramatismo, tensión y belleza el mundo de los inmigrantes. El síndrome de Ulises, como se llama a las pesadumbres de los inmigrantes en la soledad de un país desconocido, a las que se incuban en los guetos donde se hacinan los extranjeros ilegales, es una novela más cercana al París desaforado y precario de Henry Miller que al festivo de Hemingway o de Fitzgerald. Un relato sobre vidas salvajemente jóvenes alumbradas tan sólo por la intensidad de sus aventuras.