Haga que los miembros de su grupo de trabajo empiecen porobjetivos modestos, específicos y limitados a las áreas que usted deseacambiar. Quizás le parezca elemental, pero es aquí donde muchos tropezamos: en cómo empezar. Decidimos que queremos un cambio, pero concebimos metas tan desmesuradas que son imposibles de cumplir.
La mejor manera de enfocar el cambio es hacer pequeñas adiciones a su rutina diaria. Suponga que a su equipo de trabajo se le ha entregado una nueva asignación, muy ambiciosa. Un jefe sensato, en el caso de que el calendario permita tal estrategia, introducirá gradualmente pequeñas tareas en lugar de «descargar de una vez el camión de volteo». El grupo no se sentirá tan abrumado y la presión emocional se mantendrá al mínimo. Pero con el tiempo, el cambio llegará a operarse en su totalidad.