Ambientada en la célebre época del caso Dreyfus, y considerada una de las mejores novelas del decadentismo francés, El Jardín de los Suplicios causó un tremendo escándalo tras su publicación por lo gráfico de sus alusiones y lo depravado de su argumento. Mirbeau dedica «estas páginas de asesinato y sangre a los Sacerdotes, a los Soldados, a los Jueces, a los Hombres que educan, dirigen y gobiernan». La novela, de una alta carga política y erótica, se divide en tres partes: la primera, “Frontispicio”, se dedica a glosar el crimen como algo propio del instinto natural humano; la segunda, «En misión”, narra la caída política del protagonista, un hombre corrupto que para huir de su propio declive parte como embriologista en expedición «científica” a Ceilán; en la tercera, «El Jardín de los Suplicios”, el narrador anónimo y su amante, Clara, una inglesa sádica e histérica, visitan una dantesca prisión china, donde la visión de las torturas que sufren los supliciados llevará a Clara a un delirante éxtasis erótico.