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Augusto Monterroso

La Oveja negra y demás fábulas

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  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Un día que el Zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedicó inmediatamente, pues odiaba ese tipo de personas que dicen voy a hacer esto o lo otro y nunca lo hacen
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    el colmo de los colmos de cualquier gloria terrestre
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Pero el tiempo es terco y pasa y todo vuelve
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    El Mono piensa en ese tema
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.

    La rana que quería ser una rana auténtica.

  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    En consecuencia se dio a meditar sobre las evidentes maldades que hacía el León con su poder; sobre la debilidad de la Hormiga, que era aplastada todos los días, tal vez cuando más ocupada se hallaba; sobre la risa de la Hiena, que nunca venía al caso; sobre la Paloma, que se queja del aire que la sostiene en su vuelo; sobre la Araña que atrapa a la Mosca y sobre la Mosca que con toda su inteligencia se deja atrapar por la Araña, y en fin, sobre todos los defectos que hacían desgraciada a la Humanidad, y se puso a pensar en la manera de remediarlos.

    El buho que quería salvar a la humanidad.

  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Sin embargo, durante un insomnio (en los que había caído desde que sabía que sabía tanto)
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Un día, hace muchos años, el Mono advirtió que entre todos los animales era él quien contaba con la descendencia más inteligente, o sea el hombre.
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios.

    Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

    La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio.
  • Bety Ibarrahas quoted5 months ago
    Finalmente elaboró una lista completa de las debilidades y los defectos humanos y no encontró contra quién dirigir sus baterías, pues todos estaban en los amigos que compartían su mesa y en él mismo.
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