Las organizaciones y el mundo en general, están comenzando a re-conocer que la felicidad no se resumen en “hacer mucho para tener algo”; en este mundo globalizado las cosas parecieran estar mas accesibles para todos, desde un celular de última generación hasta un auto de lujo, sin embargo, la gente esta experimentando una satisfacción efímera haciéndolos sentir al final vulnerables, pues ahora su felicidad depende del “tener” objetos o posiciones sociales, por lo tanto, al pensar que la felicidad viene del reconocimiento de otros, las cosas que puedo poseer, el poder que puedo tener sobre otros o incluso del placer que puedo experimentar, por lo tanto la felicidad se vuelve frágil, pues ahora la felicidad esta “afuera” y no “adentro” de cada persona.