Cuando Linus Daff tuvo que idear una excusa creíble para salvar a dueño del hostal donde se hospedaba, de las iras de su esposa, descubrió que tenía un don especial al que dedicaría el resto de su vida: inventar historias. Hasta él acudieron gentes de las más distintas clases sociales, víctimas de las encorsetadas normas del Londres victoriano, con un mismo fin, recomponer un pasado, montar una nueva vida o adecentar una oscura fortuna. Su gran imaginación, unida a un innato conocimiento de los comportamientos humanos le facilitaron prestigio, fama y dinero. En Cuba inventará su última y más importante historia, la de su nueva vida. En esta novela volvemos a retomar personajes de Ribanova que iniciaron su singladura en ´Que veinte años no es nada´, en especial a Juan Sebastián Arroyo, que prestará una desinteresada ayuda a Linus Daff en su afán por conducir a buen puerto los deseos de su último cliente.