La diplomacia va más allá de sus representantes, es una cuestión económica, social y cultural compleja que requiere un análisis minucioso de las conversaciones, negociaciones y conflictos establecidos durante periodos de crisis, como lo fue la Revolución mexicana. Esta obra analiza los diversos episodios de intervención, conflicto y reclamos que sostuvo el gobierno de Estados Unidos frente a los distintos grupos revolucionarios que tomaron el poder de 1910 a 1923. El objetivo de esta obra es analizar cómo las relaciones entre México y Estados Unidos durante los años revolucionarios fueron resultado de una interdependencia compleja, pues ninguna nación logró imponer totalmente sus intereses aun cuando existieran importantes asimetrías en su economía, sociedad y poderío militar.