«Una de las voces principales de la literatura argentina contemporánea, Claudia Masin, nos ofrece aquí una reflexión delicada y sensible sobre el poder de la herida y la fuerza de la palabra para encontrarse con el daño y resistir el dolor. Escribir y curar. Escribir algo que no tiene nombre, nos propone la autora. Una lectura de la poesía como gesto reparatorio, este libro de ensayos —la verdad, son poemas en prosa— explora la capacidad de la poesía de afectarnos, de dejar que sus efectos nos toquen. Por lo tanto, dice Masin, la poesía nos ubica en una zona particular, más allá de la razón habitual, llevándonos a que sus resonancias —táctiles, auditivas— lleguen a nosotres, y de ahí a que absorbamos en el propio cuerpo lo que nos es ajeno. La poesía como modo de contacto, de sentir en el propio cuerpo lo que sucede en el otro, de abrir un ciclo de vida que nos sane de la soledad. Fundirse con le otre; hacer correr al monstruo, superar el mal. Compadecerse. Y en un gesto hacia la vida, de desobediencia contra el orden y las reglas del lenguaje, encontrar la libertad en la palabra» (Francine Masiello).