Verano y otros insomnios es el retrato de mi verano. Habla de liberación, amor, desamor, deseo, excesos y mucha soledad. Pero sobre todo, el poemario trata de la búsqueda de uno mismo y de la aceptación de un nuevo yo. Creo que el ejercicio de introspección que supone el poema final ('Ícaro: Amargo septiembre') significa una salida -aunque angosta— del laberinto en el que estaba inmerso. Gracias a la poesía, y al hecho de entregarme en cuerpo y alma a ella, hoy deseo menos, me autocompadezco menos y soy un poco más libre.
Este libro es mi alma derramada en palabras.