No me arrepiento de haber leído este libro en dos días. Me fascinó y a la vez me hizo reflexionar acerca de la vida en lugares tan religiosos que nublan la vista y no permiten que una relación tan fuerte como de madre e hija se sostenga.
Tiene una narrativa poética, a pesar de la frustración y el dolor que aborda, al final me he quedado con sentimientos esperanzadores.