Continúa en este tercer volumen de la trilogía la historia que empezó en 1944, cuando Elena y Lila nacieron en un barrio pobre de la ciudad de Nápoles. Lila vive en un barrio miserable, entre cuatro paredes húmedas donde comparte lo poco que le proporciona su salario de obrera con su hijo y un amigo, pero su ingenio no ha mermadosolo se ha transformado en rabia. Es este odio hacia sí misma y lo que la rodea lo que la llevará a capitanear las revueltas en la fábrica, a negarse a una convivencia pacífica y modesta con su compañero, a claudicar. Elena, en cambio, ha continuado con los estudios e incluso ha escrito una novela. Ahora vive entre Nápoles y Pisa, y es novia de un profesor de la Universidad de Florencia. Así, a primera vista, nada une ya a las dos amigas, pero el barrio de Nápoles donde fueron niñas aún las reclama, las viejas costumbres las devuelven a un tiempo que ya se fue, y lo que han ido haciendo con su cuerpo se cobra su precio.