Cuatro años después de heredar, y liberar, a Lina, el poderoso emir Sayid se quedó perplejo al comprobar la transformación de la que había sido su concubina. Lina ya no era tímida e ingenua, sino una mujer irresistible y llena de energía. Sayid nunca había deseado tanto a nadie. Sin embargo, se debía a su país y solo podía ofrecerle una breve aventura. ¿Aceptaría Lina la escandalosa propuesta de pasar una semana en la cama de Sayid?