Cuando Orelia Stanyon regresó a su casa, no podía olvidar a aquel extraño que la había rescatado de dos impertinentes borrachos en la posada «Jorge y el Dragón». Su beso apasionado despertó en ella sensaciones indescriptibles y hasta ahora desconocidas. Orelia estaba sola en el mundo, pues su único pariente era su prima Carolina, y que no era seguramente, la tutora adecuada para una inocente joven. Un día Carolina, anunció su compromiso, con el apuesto Marqués de Ryde, uno de los hombres más ricos de Inglaterra, quien sin duda aseguraría el futuro económico de la inquieta dama. Orelia se sorprendió cuando le presentaron al Marqués, y ella lo conocía, como el misterioso desconocido que le había robado el corazón.