La gente decía que amamantar era una experiencia muy gratificante sensualmente, y había pensado que, si se acostumbraba con un bebé, no le importaría tanto con un hombre. Aunque no se lo había dicho a Sloan, esa era una de las principales razones por las que había aceptado dar el pecho a Stephen: para poder darle a Sloan, que tenía todo el derecho a ello, más placer en la cama. Pero, por el momento, dar el pecho, como la mayor parte de su experiencia con el sexo, era un suplicio para el que tenía que armarse de valor cada vez que sucedía, poniendo en ello toda su fuerza de voluntad y pensando en el amor, en el sacrificio y en la entrega.