Mediante el proceso de la inhalación, surge una sensación de ascenso y ensanchamiento que se vuelve plena y amplia mientras la respiración se expande por los bordes del diafragma. Este patrón espacioso aumenta, se extiende y florece mientras sube hacia el corazón; en esta instancia, muchas veces estimula al corazón, y como consecuencia, la mente se vuelve errante. Hay un momento al tope de la inhalación cuando el árbol de la respiración alcanza el auge de su florecimiento, y de repente todo cambia y el patrón del apāna asume el control.