Vivimos en un planeta, pero no en un planeta cualquiera. Y es la toma de conciencia de esa condición especialísima de la Tierra la que nos invita a plantearnos, no por qué los otros planetas son diferentes al nuestro, sino por qué la Tierra es asombrosamente distinta.
Con estilo claro y sencillo, a la vez que con rigor y precisión cuando son necesarios, el autor dialoga y comparte con el lector esa sensación de extrañeza que le ha producido la realidad física de la Tierra; con un lector que no tiene por qué ser un científico, geógrafo, astrónomo, físico, sino sólo una persona interesada en un tema que de alguna manera nos atañe a todos.