Tanto en su complejidad mecánica como en su articulación con el cuerpo social, el cine puede ser comprendido como una máquina con una doble potencia: por un lado, tiene la capacidad de representar y narrar el mundo y el ser humano; y, por el otro, es un aparato de control y sometimiento de hombres y mujeres, que vigila y registra todo desde cualquier lugar y momento o, de manera más subrepticia, desde el poder hipnótico de sus imágenes, capaz de mover las emociones de las masas. Mauricio Durán Castro examina en este libro esta doble potencia del cine, como una creación que le permite al hombre moderno ampliar su mirada científica y filosófica y, a la vez, atrapar su inconsciente. De esta manera, el cine, con sus creadores y sus espectadores, es estudiado desde las ideas de máquina de guerra, aparato de control, dispositivo de visión y autómata. Este acercamiento crítico invita a revisar la obra de cineastas como Dziga Vertov, Jean Epstein, Sergei Eisenstein, Alfred Hitchcock, Roberto Rossellini, Stanley Kubrick, Alain Resnais, Jean-Luc Godard, Harun Farocki o Chris Marker, a partir de las conceptualizaciones de importantes pensadores del siglo XX, como Gilles Deleuze, Félix Guattari, Walter Benjamin, Michel Foucault, Giorgio Agamben y Henri Bergson.