La culpa se origina a partir de la impresión de que nuestro rol durante la muerte ha sido negativo, por no haber apreciado debidamente en vida a la persona desaparecida, por nuestra ira hacia la persona desaparecida mientras vivía, o por haber sobrevivido cuando la persona querida no lo ha hecho, que suele denominarse como culpabilidad de superviviente.26