Sara y Eva desean saborear la vida y saben que el amor y el sexo se encuentran a la vuelta de cualquier esquina. Su espíritu de aventura les llevará a disfrutar de intensas experiencias durante sus viajes
Eva y Sara son amigas, pero tienen personalidades muy diferentes. Ambas desean probar todos los distintos sabores de la vida, buscando nuevas relaciones en distintos lugares, con hombres (y a veces mujeres) muy diferentes.
Sara es enamoradiza, idealista, y soñadora. No cree en príncipes azules, pero no puede evitar enamorarse cada dos por tres.
Eva, adiestrada a la fuerza en el arte del amor por un novio poco aconsejable, vive el sexo como una necesidad fisiológica y del espíritu. Abre su cuerpo y su conciencia a hombres y a mujeres por la simple necesidad de gozar y ser gozada.
Juntas viven la vida como un descubrimiento eterno, como una fantasía de viajes y de nuevos mundos.
Eva, Malicia, va tentando a Sara, Inocencia, con sus historias sobre las fantasías que ha puesto en práctica, hasta que esta se deja caer en las redes voluptuosas del placer por sí mismo, sin más excusa romántica ni velo absurdo que cubra el verdadero fin de la existencia humana: disfrutar de cada día. Carpe diem.