La formación de las naciones en América Latina, como en todo el orbe, fue un proceso largo, tortuoso y a menudo sangriento. Incluyó guerras civiles y con estados vecinos, así como la subyugación de la población, especialmente difícil para los indígenas de las fronteras aún abiertas y mal definidas de Argentina y de México. A diferencia de lo que suele investigarse, este libro analiza estos procesos desde la perspectiva no de ''los que mandan'' sino de ''los de abajo'': pueblos, tribus, comunidades, indios, negros, mulatos, libertos, esclavos, gente del común. Toma como hilo conductor sus estrategias -pacíficas y violentas, individuales y colectivas— para resguardar su vida, su familia y sus bienes, así como sus usos y costumbres. Ante las exigencias que les cayeron encima por parte de gobernantes, ejércitos, invasores, competidores por el poder local y reclutadores militares, esas comunidades implementaron una gama de pautas de adaptación, modificación, negociación o rechazo de las nuevas leyes y exigencias.