¿Qué utilidad tienen los referéndums en una democracia?
Cumplen su función, que es la de ratificar acuerdos de especial trascendencia adoptados por los representantes de los ciudadanos. Pero, a mi juicio, constituye un severo error convertirlos en la expresión perfecta y acabada de la democracia, o en una manifestación de democracia directa llamada a sustituir a los presuntamente obsoletos mecanismos representativos tradicionales. No quiero enredarme en argumentaciones sobradamente reiteradas, por lo que lo formularé de una forma simple: difícilmente podrían los referéndums poseer tales cualidades desde el momento en el que, como sabemos, las más autoritarias dictaduras han podido llevarlos a cabo sin el más mínimo problema.