La demanda es clara: CONFÍA. Confiar es permitir que Él tome el control, es cederle el derecho de que haga lo que quiera. Lo que la Biblia demanda no es una confianza hasta cierto límite o a regañadientes. Más bien somos motivados a hacerlo con todo el corazón, no a medias, no incluyendo mis ideas, o metiendo mis manos. Es confiar sin reservas y sin argumentos en la sabiduría del Creador de la vida. Es confiar en sus mandamientos e instrucciones con respecto a toda mi vida. Debo confiar en sus planes con respecto a mis estudios, al trabajo, al matrimonio, etc