Los primeros tres libros de la serie son graciosos por el contexto absurdo y existencial de la premisa. La cuarta novela se estanca en personajes esotéricos que no tienen mucho qué contar y en fórmulas románticas que se quedan a la mitad. Se lee muy rápido, pero no vale la pena. Definitivamente no le resta a los otros, gracias a Dios, porque no se mete con lo explorado en ellas. Por otro lado entiendo que el autor, uno de mis favoritos, se haya sentido estancado y apático con las últimas dos entregas de la serie, debido a su depresión.